Descripción:

La vitamina E es un término general para una familia de compuestos liposolubles con actividad antioxidante. El compuesto más común y ampliamente utilizado en cosmética es el alfa-tocoferol (α-tocoferol). En cosmética, la vitamina E se utiliza principalmente para proteger la piel de los daños causados por los radicales libres, prevenir el envejecimiento prematuro y mejorar la hidratación de la piel.

Origen: La vitamina E se encuentra de forma natural en aceites vegetales (como el de girasol, oliva, y germen de trigo), frutos secos, semillas y vegetales de hoja verde.
Forma comercial: En cosmética, se utiliza en forma de tocoferoles (por ejemplo, tocoferol o acetato de tocoferol).

INCI:

Tocopherol (cuando se utiliza en su forma pura).
Tocopheryl Acetate (cuando está en forma de acetato de tocoferol, una forma más estable).

Dosis de uso:

La dosis de vitamina E en productos cosméticos depende de su tipo y del beneficio que se desea obtener. Las concentraciones típicas en cremas y aceites, cuando se usa como antioxidante, oscilan entre 0.5% y 2%. Sin embargo, en algunos productos de tratamiento, como sueros o productos para cicatrices, las concentraciones pueden ser mayores (hasta 5% o más).

Aspecto y olor:

La vitamina E (tocoferol) pura es un líquido viscoso, de color amarillo muy claro a dorado. El acetato de tocoferol tiene un color ligeramente más claro y menos denso. El olor de la vitamina E es suave, pero algunos productos que contienen vitamina E pueden tener un leve aroma a aceite o a frutos secos, dependiendo del origen del aceite.

Propiedades para la piel:

La vitamina E es conocida por una serie de beneficios para la salud de la piel, tales como:

    Antioxidante: Protege la piel del daño celular causado por los radicales libres generados por la exposición al sol, contaminación y otros factores ambientales. Esto ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y el daño a las células cutáneas.
    Hidratante: Ayuda a mejorar la barrera lipídica de la piel, aumentando la retención de humedad. Esto es útil para pieles secas o deshidratadas.
    Anti-inflamatoria: Puede reducir la inflamación de la piel, ayudando a calmar pieles irritadas, sensibles o propensas a enrojecimiento.
    Cicatrizante y regeneradora: La vitamina E promueve la reparación de la piel y puede ayudar a mejorar la apariencia de cicatrices, marcas de acné y estrías, aunque la evidencia sobre su efectividad en este aspecto varía.
    Protección contra daños solares: Aunque no sustituye un protector solar, se sabe que la vitamina E ayuda a minimizar los daños causados por la exposición solar y puede aliviar la piel quemada por el sol.

    Cómo usarla en cosmética:

    La vitamina E puede ser incorporada de diversas maneras en los productos cosméticos, ya sea como ingrediente principal o como un activo complementario. En su forma pura, puedes aplicarla directamente sobre la piel, especialmente en áreas que requieren hidratación adicional o regeneración (como cicatrices, estrías o zonas secas).

    Como ingrediente en productos cosméticos, tienes que sumarla al final de tus preparaciones, porque es termosensible (no se puede calentar). Siempre recuerda que es liposoluble, es decir, la puedes sumar al final de serums de aceites, bálsamos, cremas, pero no en preparaciones de pura agua como brumas, tónicos o agua micelar, por ejemplo.

    Almacenamiento:

    La vitamina E debe almacenarse en un lugar fresco y oscuro para evitar que se degrade debido a la exposición a la luz y el calor. Las altas temperaturas y la luz directa pueden destruir su potencia antioxidante. Lo ideal es mantenerla en un envase opaco y con tapa hermética para protegerla de la oxidación.

      Temperatura recomendada: Entre 15°C y 25°C.
      Evitar la luz: Mantener el producto en un lugar oscuro, lejos de la luz directa.
      Cierre hermético: Evitar la exposición al aire prolongada para evitar la oxidación.

      Sustituciones:

      Si no tienes acceso a vitamina E pura o deseas utilizar alternativas naturales, existen otros ingredientes con propiedades similares:

        Aceite de rosa mosqueta: Rico en ácidos grasos esenciales y vitamina A, es conocido por sus propiedades regeneradoras y reparadoras.
        Aceite de argán: Contiene una gran cantidad de vitamina E y ácidos grasos esenciales, ideal para hidratar y regenerar la piel.
        Aceite de oliva: También rico en vitamina E, tiene propiedades antioxidantes e hidratantes.
        Aceite de jojoba: Aporta propiedades hidratantes y regeneradoras, y es especialmente útil para pieles sensibles.
        Extracto de té verde: Con potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, el té verde es una alternativa efectiva para proteger la piel de los daños ambientales.
        Ácido hialurónico: Aunque no es un antioxidante, puede combinarse con vitamina E para mejorar la hidratación y la regeneración de la piel.

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